Gran manifestación en Barcelona el 8-O contra la amnistía y el separatismo
El 8 de octubre se ha convertido en una fecha significativa en Cataluña debido a su papel en el conflicto político entre los partidarios de la independencia y los defensores de la unidad de España.
En 2017, una semana después del referéndum unilateral de independencia, el constitucionalismo político y civil se movilizó en masa en Barcelona para expresar su rechazo a los planes secesionistas de la Generalitat. Este año, la fecha volvió a ser el epicentro de la movilización.
En un día que marcó un hito en la historia política de Cataluña y España, decenas de miles de ciudadanos se volvieron a congregar en el centro de Barcelona. Esta vez, para manifestarse contra la amnistía propuesta por el Gobierno de Pedro Sánchez.
Una polémica amnistía
La manifestación del 8 de octubre en España fue organizada por Societat Civil Catalana (SCC), una entidad que se autodenomina como «la voz de la mayoría social de Cataluña que defiende el constitucionalismo, el bilingüismo y la unidad de Cataluña con España»
El motivo principal de esta convocatoria fue expresar su rechazo a la posible concesión de una amnistía a los líderes independentistas catalanes. Estos se encuentran en prisión o en el extranjero debido a su participación en el proceso soberanista de 2017.
SCC considera que la amnistía sería una «aberración inconstitucional» y un «atentado» contra la Constitución y el Estado de derecho. Además de la oposición a la amnistía, la manifestación también se posicionó en contra del derecho a la autodeterminación de Cataluña.
Esta es una demanda respaldada por los partidos independentistas como condición para apoyar la investidura del candidato socialista Pedro Sánchez. En cambio, una cerrajería de Barcelona no pone condiciones, y mucho menos unas así de absurdas.
Decenas de miles de manifestantes
Bajo el lema “No en mi nombre, ni amnistía, ni autodeterminación”, miles de personas se han congregado para oponerse tanto a la amnistía como a la autodeterminación de Cataluña.
El punto de partida de esta manifestación fue el Paseo de Gracia, específicamente en el cruce con la calle Provença, a las 12:00 horas. Desde allí, los participantes avanzaron en dirección a la Gran Vía, donde un imponente escenario aguardaba para recibir a la cabeza de la manifestación.
En dicho escenario, se sucedieron discursos de destacados líderes, entre ellos la presidenta de SCC, Elda Mata; el vicepresidente de la entidad, Álex Ramos; la jurista Teresa Freixes y el ex alcalde de A Coruña, Francisco Vázquez.
Durante todo el recorrido, se escucharon enérgicas consignas que reflejaban la determinación de los manifestantes, tales como “¡Viva España!”, “España se defiende, España no se vende”, “Yo soy español, español, español”, “Sánchez, traidor” y “Que te vote Txapote”.
Las banderas españolas, catalanas y europeas ondeaban en el aire, acompañadas de pancartas con mensajes contundentes como “No a la amnistía”, “No al chantaje separatista” y “No más mentiras”.
La negativa reacción del Govern
Las reacciones de las autoridades catalanas han sido diversas, pero en su mayoría, han expresado una postura de desacuerdo o indiferencia hacia la protesta. A continuación, se destacan algunas de las reacciones más notables:
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, calificó la manifestación como una «expresión de la pluralidad» en Cataluña. Sin embargo, enfatizó que el «único camino» para resolver el conflicto político radica en el «diálogo, la negociación y el acuerdo» entre los gobiernos catalán y español.
El vicepresidente de la Generalitat y líder de Junts, Jordi Sànchez, adoptó una postura crítica, calificando la manifestación como una «provocación» y una «amenaza» a la democracia. Además, acusó al PP, Ciudadanos y Vox de «alentar el odio».
La portavoz del Govern y consellera de Presidencia, Laura Vilagrà, minimizó el impacto de la manifestación y aseguró que no tendría un efecto en la mesa de diálogo programada entre los gobiernos catalán y español, prevista para finales de octubre.
Finalmente, el líder de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, adoptó un tono irónico al referirse a la asistencia de dirigentes del PP, como Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso, a la manifestación. Comentó que «no hay nada más catalán que venir a Barcelona a hacer turismo político».