Ciertamente, desde hace décadas, los europeos con sus cambios de estación han sido de los países que han dado mayor uso a los sistemas de calefacción. Sin embargo, esto no es algo que sea tan beneficioso como pudiera parecer. Aunque hace la vida más acogedora en temporadas con frío inclemente, el impacto ambiental ha sido significativo. Mientras se está en verano no debería hacerse uso de la calefacción, sin embargo hay algunos ciudadanos que hacen caso omiso a esto.

Así como los cerrajeros han venido adaptándose a las nuevas tendencias en su área de trabajo, los ciudadanos europeos deben adaptarse a vivir con un consumo racional del sistema de calefacción. Esta es una medida que fue ordenada por Bruselas hace una década, a menos que sea por una causa razonable, los sistemas de calefacción deberían dejar de funcionar para el próximo mes de Octubre del año 2023.

Ante lo que podría significar una sanción administrativa que oscila entre los 1000 y 10000 euros, particularmente, el gobierno español ha aprobado un decreto real en agosto de 2020 que racionalizaría el uso de los sistemas de calefacción en todo el país. ¿Cómo afectará esto a los españoles?

Dispositivos controladores de los sistemas de calefacción

Se ha estimado que, aproximadamente, 1.6 millones de hogares en toda España debieron haberse adaptado a la normativa dictada por el gobierno belga y el decreto real español en aras de reducir el impacto ambiental del uso de los sistemas de calefacción, no obstante solo un cuarto de millón de viviendas se han adaptado. Lo que se traduce en que aún restan, en promedio, 1.3 millones de viviendas que aún deben ajustarse a las reglas.

El decreto implica instalar repartidores individuales de costos, los cuales serían instalados durante el próximo otoño; por lo cual cada departamento/casa deberá pagar por separado el calor que se consuma en su espacio. Es una instalación bastante sencilla, que no requiere más de 150€ para ponerse en práctica. Una solución bastante rentable en pro de la preservación del medio ambiente.

Anteriormente, los gastos por calefacción se dividían entre los habitantes de un edificio o incluso del vecindario. Al hacer la cobranza directa a cada hogar en particular, el consumo se reducirá significativamente; racionalizando su uso a final de cuentas.

El decreto tiene una base; la carencia de gas y gasóleo. Esto, en lugar de ser un inconveniente, debería ser lo que motive a los ciudadanos españoles a reducir el uso de los sistemas de calefacción en sus hogares. Ante el escepticismo de muchos españoles, por la creciente tasa de estafas, éstos han decidido adoptar la medida de instalar dichos controladores en los radiadores del sistema de calefacción de su vivienda con mucho recelo. Muchos no se confían que los instaladores y técnicos sean personas competentes. A pesar de esto último, los españoles se han mostrado receptivos a la medida. Sin embargo, aún queda mucho trabajo por hacer. Esperemos que estas medidas, y los trabajos que necesarios, sean de beneficio a largo plazo para todos los ciudadanos europeos.